"Las Escrituras confirman que el Padre Celestial dejó a la mujer, Su más grandiosa, espléndida y suprema creación, para el final. Sólo después que todo lo demás estuvo terminado, se creó la mujer. Sólo entonces se pronunció que la obra se había terminado y que era buena".
(Élder Richard G. Scott, Liahona noviembre de 2008, pag.46)
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