"El dar, no el recibir, hace florecer plenamente el espíritu de la Navidad. Se perdona a los enemigos, se recuerda a los amigos y se obedece a Dios. El espíritu de la Navidad ilumina la ventana panorámica del alma por la que contemplamos la vida agitada del mundo y nos hace interesarnos más por las personas que por los objetos. Para comprender el verdadero significado del " espíritu de la Navidad ", sólo tenemos que recordar de quien es el nacimiento que celebramos ese día y entonces se convierte en el " Espíritu de Cristo " ".
(Presidente Thomas S. Monson, "La mejor de las Navidades", Liahona de diciembre de 2008, pag. 3)
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