"Puede que la respuesta a su oración sea el semblante
de un viejo amigo, al que no han visto desde hace años
pero cuyas necesidades les vienen de repente a la mente
y al corazón y ustedes las sienten como si fuesen las
suyas. Esto ya me ha sucedido alguna vez. Viejos amigos
se han puesto en contacto conmigo para alentarme desde
largas distancias y tras el paso de los años, cuando solamente
Dios podría haberles
dicho de mi carga".
(Presidente Henry B. Eyring, Liahona de Julio de 2010, Pag.5)
viernes, 25 de junio de 2010
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